Entrevista a Blanca Ross: “Presiento que sólo funcionarán proyectos pequeños, enfocados a un público muy específico y fiel”

No se nos permite pinchar en clubs pequeños y cerrados por ahora, pero vuelvo a cabina por primera vez este sábado en un lugar muy especial: Sa Terrassa.
Con este anuncio en sus perfiles sociales, Blanca Ross daba el pasado jueves 11 de junio el pistoletazo de salida a la ‘nueva normalidad’ del clubbing en España. Blanca Ross tiene 28 años de edad y es de Girona, aunque, por la proximidad con Barcelona, se la considera uno de los talentos más prometedores del underground de la capital catalana. Durante este confinamiento, se le ha visto muy activa en sus redes: trabajando en el estudio, emitiendo sets vía streaming (incluido uno para nuestro movimiento We Stay In en colaboración con Electrona) y manteniendo muy vivo el contacto con los fans de su música. Blanca Ross apuesta por un sonido ecléctico, que puede abarcar desde propuestas relajadas como el deep house hasta auténticas batallas de pista en forma de psy-trance. Ella misma nos reconoce que le costaba “imaginar música techno o trance sonando en la ‘nueva normalidad’, con gente sentada en mesas”. Sin embargo, una vez en Sa Terrassa -una terraza open-air en la ciudad de Tortosa, capital de las Terres de l’Ebre, al sur de Cataluña-, fue difícil contenerse.

Imagen: © City Hall
Parece una pregunta sencilla, pero… ¿qué tal estás?
Pues la verdad es que bastante bien. He tenido días mejores y días peores, como todo el mundo, pero creo haber sabido adaptarme a la situación desde el principio de la cuarentena. Vivo sola y mi día a día ha sido más o menos el que era antes del confinamiento. Tengo el estudio en casa y soy una de esas workaholic, así que, sobre todo entre semana, he mantenido mi estilo de vida habitual. Cada vez me gusta menos hacer cosas y más estar en el estudio. Lo único que he echado de menos es pinchar ante el público y sentir su energía. Como todos, imagino. Surf en barceloneta

Deena Abdelwahed reconocía hace unos días que ha sido incapaz de producir temas nuevos durante la cuarentena porque se le ha hecho imposible visualizar situaciones de club, algo indispensable para ella. ¿Qué tal has llevado tú eso?
He tenido suerte. Una semana antes del confinamiento, saqué una idea para un tema y eso es lo que me ha estado dando vida durante los últimos tres meses. El resultado es “Electrical Signals”, la tercera pista de mi nuevo EP, que saldrá, si todo va bien, a finales de verano. Más allá de eso, no he empezado ningún proyecto nuevo, sino que he perfilado algunos que tenía a medias. Por supuesto, ha habido días en los que no estaba tan creativa. Ahí aprovechaba para buscar y seleccionar música nueva para mis sets.

¿Algún descubrimiento a destacar?
Pues sí. Ha habido un sello que me ha cambiado bastante la perspectiva que tengo de la música electrónica, la verdad. Los que me conocen, saben de mi predilección por el psy-trance y el techno, pero son estilos que sólo pueden pincharse en horas punta. Me cuesta imaginarme situaciones adecuadas para ellos en la ‘nueva normalidad’. Por eso, decidí buscar propuestas más relajadas. Y di con IbogaTech, una ramificación del legendario Iboga Records. Está catalogado como melodic techno, pero a mí me suena a psy-trance ralentizado a 125 bpm, con sonidos muy psicodélicos.

Hablando de música para tus sets, has estado bastante activa en materia de streamings.
¡Sí! Grabé tres. El primero, en Electrona, evidentemente sin público (sesión que retransmitisteis vosotros). El segundo, desde la terraza de mi hermana, con vistas a Barcelona. Y el tercero, un set privado especial para un festival de trance llamado Shankra, en el que me gustaría actuar y al que espero ir en 2021. Fueron los primeros streamings de mi carrera, pero la verdad es que me sentí cómoda.

¿No imponen las cámaras?
Trabajé siete años en televisión, así que ni me acuerdo de que las tengo delante. (risas) La verdad es que me sumerjo totalmente en la música.

Cataluña y el resto de España se desconfinan. ¿Qué es lo primero que has hecho? ¿Te morías de ganas de hacer algo en concreto?
Si te soy sincera, hago prácticamente lo mismo. (risas) Bueno, en realidad, he salido a correr un poco, a jugar a pádel… He ido algún día a Barcelona por trabajo… Poco más. Si echo algo de menos, es viajar.

A nivel de bolos, este fin de semana pasado tuviste ya el primero. Fue en Sa Terrassa, en Tortosa, por aquel entonces ya en fase 3 de desescalada. ¿Qué viste? ¿Cómo te sentiste?
Vi unas ganas locas de sociabilizar, desconectar y bailar. Ya de por sí, en los pueblos y ciudades pequeñas hay mucha más conexión. Todo el mundo se conoce con todo el mundo y eso se nota en el club. Las mesas se extendían por la pista de baile y la gente empezó la noche sentada con las primeras copas. Pinché de 23h a 03h. Los directores del local me pidieron poner música no muy animada, así que empecé con un poco de deep house, pero, ya sabes, la cabra tira al monte y la cosa se fue animando. ¡Esos altavoces sonaban muy bien y me estuvieron tentando toda la noche! (risas)

¿No se te hizo raro tener al público sentado?
Al principio sí, pero enseguida ves como uno mueve el pie, luego otra se levanta y, al final, todo el mundo baila desde su mesa. No es broma: ha sido de los mejores bolos que he tenido en mucho tiempo. Una energía brutal.

¿Tiene sentido este nuevo concepto de clubbing?
Mira, recuerdo cuando me fui de tour por Asia. Me llamó muchísimo la atención que, en las pistas de los clubs donde pinché, había mesas por todas partes y sólo reservaban las primeras filas para el baile libre. La mayoría de la gente estaba en mesas, comiendo y bebiendo y separados unos de otros. Creo que nos va a tocar implementarlo. No queda otra. Hay que acostumbrarse y verlo como algo pasajero.

Imagen: © B Club
A eso iba: tal vez tiene sentido a corto plazo, pero no a largo.
Totalmente de acuerdo. Tenemos que verlo como una medida temporal. Por supuesto, a largo plazo, no es viable. Todos necesitamos el clubbing de antes.

Primavera Sound ha rehecho ya todo su cartel para 2021 y ha colgado el sold-out, mientras que muchos otros grandes festivales también tienen ya confirmadas sus fechas para el año que viene. ¿Tú crees que vamos a tener festivales de gran escala en 2021?
Me duele decir esto, pero me cuesta creerlo. Yo opino que sólo van a funcionar los locales más pequeños, en los que el público se sienta como en casa. Fiestas de petit comité, como suele decirse. Hasta que no haya una solución a la covid-19, ya sea una vacuna o un tratamiento fiable, organizar grandes eventos en macroclubs o macrofestivales no parece algo del todo viable. Me cuesta ser positiva en ese aspecto. A los clubs grandes les queda poco más que llenar la pista de mesas y botellas VIP para sacar rentabilidad al alto coste que supone el mero hecho de abrir puertas.

Lo malo de eso es que generaría una barrera económica que se aleja de los orígenes del clubbing.
Sí, efectivamente. Y sería una gran pena… y un error. Hay que encontrar la solución para que los clubs puedan abrir sin tener pérdidas, pero a su vez sin perjudicar al cliente final, que es el clubber.

Imagen: © Razzmatazz
Me resulta inevitable acordarme de la falta de ayudas públicas que tiene nuestro sector en este país, sobre todo si lo comparamos con algunos vecinos europeos.
Desde luego. Echamos de menos ayudas a los clubs, a todos los profesionales y a los propios artistas, la mayoría autónomos que pagamos barbaridades pese a no tener bolos. Es momento de reivindicarnos. Pero, insisto, sin olvidar también que es momento de flexibilizar y adaptarse.

¿Cuáles son tus planes?
He decidido trabajar a media jornada en algo que no tenga nada que ver con la industria del clubbing, la música electrónica o mi carrera en el mundo de los visuales. Paso demasiadas horas en el estudio. Me apetece desconectar, así que volveré a trabajar como monitora de pádel o tenis. El deporte me mantiene activa, fresca y de buen humor. Es una parte esencial de mí y creo que será una buena manera de mantenerme creativa.

Imagen: © RRSS de Blanca Ross
¿Un mensaje para la industria?
(silencio) Las crisis son muy jodidas. Presiento que, en los próximos meses, sólo va a funcionar aquello que sea óptimo y esté muy bien cuidado y trabajado, diseñado para un público específico y fiel. Antes, quizás un proyecto no del todo trabajado podía tirar adelante con un poco de suerte. Ahora, eso va a ser imposible. Si quieres que te salga bien, tendrás que dar en el clavo.

¿Y un mensaje para lxs que te echan de menos en las pistas?
Yo también os echo mucho de menos, aunque suene a tópico. Yo no pincho para mí; pincho para la gente. Y sois vosotros, la gente, vuestra alegría, vuestra actitud, vuestra energía y vuestro feedback lo que me empuja cada día a querer dedicarme a la música. Nos encontraremos pronto de nuevo. Y ojalá muy pronto pueda publicar también mi álbum y así regalaros un pedacito de mí.

ARTISTA: BLANCA ROSS
(Imagen de Portada: © blancaross.com)

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Separar creatividad de productividad: la obsesión por el estudio en tiempos de cuarentena

“Quedaos en casa, volveremos más fuertes y tendremos más música que nunca, además de un baby-boom”, decía entre risas el español Andres Campo en la primera semana de confinamiento. De la noche a la mañana, DJs y productores de todo el mundo, como el resto de los mortales, se encontraron atrapados en sus casas, en sus estudios de producción.
“¿Tú me puedes conseguir una cámara para hacer streamings desde mi casa?”, me preguntaba un artista el primer fin de semana de confinamiento. En aquel momento, no éramos conscientes de lo que se nos venía encima.
Pavvla, una de las compositoras más llamativas de la escena emergente catalana -debutó en Primavera Sound en 2019-, tuiteaba: “Menos mal del sol… y de la música.” Y no podría estar más de acuerdo. Pienso en países más grises -la mayoría de los países europeos, de hecho- y se me hace durísimo imaginarme un confinamiento allí. Pero… ¿os imagináis un país en el que no hubiera música? ¿Os imagináis una cuarentena en silencio?

Realment, sort del sol i la música
— Paula Jornet (@pavvla_) April 12, 2020

La música es una gran herramienta terapéutica. Pero, paradójicamente, es la propia música, y todo lo que ella conlleva -especialmente en el caso de la música de club-, lo que causa estragos en muchas mentes. Y, sobre todo, en las de sus creadores.
Rosana Corbacho es psicóloga especializada en artistas de música electrónica y fundadora de M.I. Therapy. Nos cuenta que, “en un estudio realizado en el Reino Unido acerca de las presiones típicas de la industria musical y la repercusión en los artistas, se describen resultados llamativos, como que el 71,1% de los entrevistados habían sufrido ataques de pánico y/o altos niveles de ansiedad y el 68,5% habían sufrido depresión, pero sólo el 30% había buscado ayuda profesional”.
La mayoría de los artistas sufren patologías, aunque no lo reconozcan, aunque no lo acepten, aunque ni siquiera sean conscientes de ello. Y eso, en un confinamiento como el causado por el Covid-19, puede agravar seriamente las cosas.
En una situación de emergencia como la que estamos viviendo, cualquier antecedente pone en mayor peligro a los artistas. En una industria ya de por sí bastante inestable e impredecible, el incremento de falta de control sobre los eventos externos es una fuente de tensión y sufrimiento.

Imagen: © M.I. Therapy
Muchos artistas tardaron apenas horas en comparecer públicamente en las redes cuanto todo empezó.
Andrea Oliva: Espero que los DJs no pidan ahora cláusulas por cancelación. A los clubbers, habría que pedirles que eviten pedir el reembolso de sus 20€ de entrada anticipada, si pueden permitírselo. Entre todxs, podemos salvar la escena. Yo voy a dedicarme a escuchar más música que nunca y apoyar así a nuevos talentos que son quienes más lo necesitan.
DJ Tennis: Vamos a empezar a pensar maneras de apoyar a los más afectados de la industria, independientemente de su rol en el juego. Limitaciones como las de esta crisis son siempre una fuente de inspiración para la creatividad. Saquemos lo mejor de esto.
Dubfire: Vamos a ver muchísima música nueva en estos días. Aun así, el mundo gira muy deprisa y creo que nos irá bien parar, respirar y darle importancia a lo verdaderamente importante.
Algunos, como el sueco Eric Prydz, incluso se metieron donde no le llaman…
Eric Prydz: La solución es que toda la gente sana coja el virus y la gente que sea de riesgo entre en cuarentena. Si nos quedamos todos en casa, sólo alargaremos el proceso.
En cuanto un epidemiólogo australiano le contestó, no tardó en rectificar:
Eric Prydz: Pido mis más sinceras disculpas por cualquier ofensa o confusión que pudiera ocasionar con mi comentario anterior. Creo justo decir que estamos todos perdiendo un poco la cabeza en estos días. Por favor, aseguraos de estar bien junto a los vuestros en estos tiempos difíciles. En el futuro, me limitaré a crear música.

I sincerely apologise for any offence or confusion caused by my earlier comments. I think it’s safe to say that we all are freaking out right now!Please make sure you and your loved ones stay safe in this very difficult time.
In future I will stick to making music…
— Eric Prydz (@ericprydz) March 16, 2020

El mensaje al inicio del confinamiento estaba claro: estar a salvo y hacer mucha música. Bien. Pero, ¿cuánto tiempo puede aguantar un/a artista encerrado/a en el estudio? ¿Es sano? Los ingresos se ven reducidos a prácticamente cero -ya que la mayoría de sus ganancias se generan en sus actuaciones- y no hace falta ser psicólogo para decir que, con la cuenta casi vacía, vivir tranquilo es logro de pocos.
Para los músicos, es muy complicado admitir inseguridades y mostrarse vulnerables, tanto por la tendencia a la autocrítica, como por la alta competitividad del entorno en el que desarrollan sus carreras.  Algunos llevan años sin tomarse un descanso, con los patrones de sueño completamente alterados e intentando compaginar vida familiar con vida laboral, quizás soñando entre vuelo y vuelo con una temporada en casa. Ahora que todos los eventos están cancelados, ¿se puede ser tan productivo como se planeaba al inicio de la crisis?
El artista barcelonés Coyu ya reflexionaba sobre ese entorno cuando la crisis golpeó fuerte en Italia, el primer país que se vio afectado por el coronavirus en Europa.
Coyu: Con un poco de suerte, esta situación inesperada servirá para lograr ese ansiado reset, tanto artístico como estructural, que la escena necesita. La burbuja del superstar DJ estaba a punto de explotar y el coronavirus puede ponerle la puntilla.

Imagen: © Liaison Artists
A nivel psicoemocional, la crisis sanitaria presenta una serie de características que exigen que se preste especial cuidado a la reacción interna de los artistas. Rosana Corbacho habla de estos cinco detonantes:
lo repentino de la situación
la sensación de falta de control e imposibilidad de planificar
la sobrecarga de noticias e información
el aislamiento social
y el miedo a un peligro real
Según mi experiencia en consulta, hay elementos en común, pero también individuales según la historia personal de cada paciente. Incluso dependiendo del estilo musical, son más proclives a un tipo de sintomatología u otra. Algo en común de la gran mayoría es que su trabajo les define: para ellos, qué hacen es lo que determina quién son. Por lo tanto, las circunstancias que amenazan a su trabajo (bloqueos creativos, cancelaciones, ausencia de conciertos, etc.) se traducen en una inseguridad relacionada directamente con el autoconcepto y la autoestima.
Según sigue explicando Rosana Corbacho, aquellos artistas que se encontraran ya en procesos terapéuticos están notando menos la diferencia durante el confinamiento. De ellos sí cree que puedan llegar a crear más música que de costumbre, además de reinventarse, descansar y encontrarse a ellos mismos, siempre y cuando se respalden también en sus familiares. Precisamente de sus familias se acordaban, al inicio de la crisis, el español Regal y el italiano Alex Neri.
Regal: Debemos emplear este tiempo para descansar, visitar el estudio de vez en cuando y, sobre todo, dedicar mucho amor a la familia, algo que nos resulta muy difícil cuando estamos actuando por todo el mundo.
Alex Neri: Las crisis hacen que aflore lo mejor de nosotros. Estamos viendo más humanidad, que es algo que falta mucho en nuestro día a día. Ahora, no podemos darnos la mano, ni abrazarnos. Ahora, nos damos cuenta de lo importantes que son esos gestos en nuestra vida.

Imagen: © Alex Neri (www.alexneri.com)
Rosana Corbacho anima al autoconocimiento como práctica prioritaria:
Es importante que los y las artistas reconozcan qué sienten y qué temen de esta situación. No deben ponerse a producir como locos si sienten ansiedad. Tienen que saber separar productividad y creatividad. La creatividad es posible en un estado interno de apertura y calma. Si se encuentran en un estado de vulnerabilidad, les puede resultar más beneficioso descansar o hablar con seres queridos que ponerse a producir. Compartir inquietudes e inseguridades con personas significativas puede ayudar a que el aislamiento tenga un menor impacto. Leer, hacer actividad física suave y estar presente sin futurizar. Aceptar que no se tiene el control sobre los eventos externos o el futuro de la industria y confiar.
Los artistas, a veces adorados en demasía y, a veces, como en los tiempos que corren, también criticados en demasía (ver aquí lo que está sucediendo con los grandes DJs de la escena techno y sus tour managers), son, nos guste o no, el motor principal de nuestra escena, ya sean grandes estrellas o pequeños artistas locales. Lo que nos invita a todos a formar parte de este movimiento es la pasión por la música. Y, sin artistas, no habría música.
Desde que los distintos gobiernos impusieron el encierro de la población, la música ha abordado nuestras pantallas. Desde aquí, nos sumamos al mensaje de Rosana Corbacho. Artistas, no os autoexplotéis. No temáis por querer estar siempre presentes en nuestras casas. Lo más importante para vosotros es vuestra salud, como lo es la nuestra para cada uno de nosotros. Nunca antepongáis vuestra música a vuestro bienestar.
Porque, cuando esta pesadilla pase, os necesitaremos en plena forma. Más que nunca.

(Imagen de Portada: © Pixabay)

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Entrevista a Marco Faraone: «Tengo la sensación de que hay DJs que siguen un template cuando pinchan»

Marco Faraone es un tío enrollado, humilde, amable y de risa fácil. Nos encontramos con él una tarde de invierno en uno de los estudios de producción de Bridge_48, uno de los rincones más candentes para la escena musical electrónica de Barcelona. Marco Faraone, de 32 años y original de Lucca, una pequeña ciudad cerca de Florencia (Italia), se presentó ante la escena underground en 2010 gracias a “Strange Neighbors”, su lanzamiento de debut en el sello Moon Harbour de Matthias Tanzmann. Sus inicios como DJ, sin embargo, se remontan a 2002, cuando Marco apenas tenía 14 años. Inmerso en el hip hop, descubrió el minimal gracias a Richie Hawtin. Con el paso de los años, se ha convertido en uno de los grandes del techno de corte big-room, creando su propio sello Uncage y colaborando de forma habitual con otras casas de culto como Rekids. Es precisamente en el sello propiedad de Matt Edwards (Radio Slave) donde Marco Faraone ha publicado su nuevo álbum, titulado No Filter. Con 33 minutos de conversación, Marco Faraone tuvo suficiente para contarnos sobre el disco, su pasado, su futuro, el polémico concepto de “business techno”, el estado de salud de Ibiza, las consecuencias del auge de los festivales para los clubs más pequeños y la obsesión por la ecología en la escena. Casi nada, ¿verdad?

Marco, cuando empezaste a publicar música a los 19 años, tu sonido en sellos como Subtronic era dub y minimalista. ¡No negaré que me ha sorprendido!
Empecé pinchando hip-hop a los 14 años y luego descubrí el minimal, primero, y el house y el techno, después. Cuando empecé a producir, a los 16 años, no sabía realmente qué sonido me gustaba. No sabía mucho sobre música. Mi ciudad, Lucca, no tenía una escena musical adecuada en aquella época. No teníamos ni house ni clubs de techno. El sonido minimalista fue mi primer acercamiento a la música electrónica, escuchando a gente como Sven Väth o, sobre todo, Matthew Jonson. Obtuve esa inspiración y ahí es cuando empecé a producir.

Preguntamos a algunas personas sobre tu música y la mayoría de ellos recordaron rápidamente “Climax”. ¿Crees que fue tal vez el tema que cambió tu carrera en 2016?
Fue un lanzamiento muy importante para mí. Ya había publicado una vez en el sello Drumcode Limited, plataforma que sólo edita en vinilo, pero “Climax” fue mi primer lanzamiento en el sello principal de Drumcode, uno de los más grandes -si no el más grande- en la escena techno, también en lo que a exposición, marca y comunicación se refiere. Así que, sí, “Climax” gustó mucho al público y se convirtió en la pista que me hizo dar un gran paso adelante.

¿Es el tema del que te sientes más orgulloso?
Siempre me siento orgulloso de cada tema que produzco, pero con ese me sentí especialmente orgulloso por ser un lanzamiento importante Drumcode.

Hablando de nuevo de esos sonidos primerizos de 2007, y comparándolos con tus sonidos actuales, ¿podemos decir que has avanzado hacia una propuesta musical big-room?
Como artista, siempre te dejas influenciar por lo que te rodea. Empecé a pinchar más y más en grandes festivales, así que me fui moviendo hacia diferentes sonidos. Como artista, siempre empiezas en un cierto punto y nunca sabes hacia dónde navegarás. Yo siempre he ido evolucionando. Si observas mi catálogo, verás que he editado música en sellos de house y tech-house, como Desolat, Moon Harbour o Get Physical, y luego he aterrizado en Drumcode o Rekids, que defienden un sonido completamente diferente. Pero sí, me he pasado a sonidos más big-room, no cabe duda.

¿Crees que te has movido en esa dirección deliberadamente o ha sido fruto de la inercia?
Experimentas fiestas, te dejas influenciar por la escena y los nuevos sonidos, algo que es crucial para un artista… ¿Sabes? Ahora estoy haciendo algo, pero tal vez mañana haga algo completamente diferente.

Uno de los conceptos del 2019 en nuestra industria fue el de “business techno”, un concepto que intenta definir el acto de desfigurar el techno industrial puesto en el mapa por instituciones como Berghain y adaptarlo al público de masas y a los grandes escenarios de festivales. ¿Cuán acertado le parece este concepto?
Para mí, “business techno” significa “techno que vende más que otro tipo de techno”. Nunca me gustó catalogar la música. Sólo conozco dos estilos de música: buena música y mala música. Siempre escucho todo y no me gusta catalogar la música. No me gusta decir “business techno” porque es la gente quien decide por sí misma qué compra y qué no compra. ¿Qué es el “business techno”? ¿Techno hecho para hacer negocio? Yo no hago música para hacer negocio. Si vende, mejor. Si no vende, lo habré hecho para mí y para mi propio perfil y de todas formas estaré orgulloso de ello. Si en 10 años, a la gente le gusta otro tipo de música y mi música sólo sirve en clubs pequeños, seguiría haciéndola.

Imagen: © Press Kit de Marco Faraone
Ahora que hablas del futuro dentro de 10 años: ¿hacia dónde va la escena? Quiero decir, ¿qué piensas cuando ves cómo era la burbuja de la música electrónica cuando empezaste y cómo es ahora?
La principal diferencia, creo, es que la gente presta más atención a lo que ve, que a lo que escucha. La gente siempre dice: “Voy a ver a este o aquel DJ”. No hay que ir a una fiesta a ver a un DJ. Hay que ir a una fiesta a escuchar la música. Creo que eso es lo que la gente solía hacer mucho más antes. El DJ no se veía como a una estrella del rock, como a un showman o a alguien a quien había que observar actuar. La comunicación era más íntima, basada principalmente en la música y no en los fuegos artificiales. Además, los festivales cambiaron la percepción de la gente y lo que esta espera de nosotros. Los festivales han hecho que la gente se acostumbre a los grandes espectáculos con fuegos artificiales y láseres y eso hace más difícil para un DJ ir a tocar a un pequeño club donde sólo hay… simplemente música. Hace que eso parezca más simple, más pobre. Siento un gran cambio en la escena debido a los festivales, también. Es una evolución. No digo que sea bueno o malo, sino sólo una evolución. Pero el aspecto positivo es que, con los festivales, más gente se está acercando a la música electrónica. Como siempre, los cambios tienen un lado positivo y un lado negativo.

¿Estos grandes festivales están matando a los clubs pequeños?
(silencio largo) Uhm… sí, están matando a los clubs pequeños. He visto muchos grandes cambios en muchos países y he hablado con muchos promotores que se quejaban de cómo la gente ha dejado de ir a sus locales porque sólo quieren ir a festivales y sólo ahorran dinero para festivales. Y observa la cadena: antes, los clubs se usaban para programar todas las semanas. Ahora no pueden, porque no llenan el local, así que abren sólo una vez al mes, así que bookean menos artistas, así que los artistas pierden oportunidades de actuar. Además, una vez que llegan los festivales, no todos los artistas son bookeados, sino sólo los grandes. No hay espacio para los nuevos talentos. ¿Y si los nuevos talentos van a tocar a los clubs y el club está vacío? El talento nunca tendrá la exposición necesaria. La música es evolución, necesitamos descubrir nuevos talentos, nuevas generaciones, nuevos artistas. Lamentablemente, no hay espacio para todos en este momento.

¿Cómo lo resolvemos?
Es la pregunta del millón. Estoy dirigiendo mi propio sello Uncage, tratando de impulsar nuevos talentos, y a veces es decepcionante, porque queremos programar un showcase del sello en un club y la mayoría de los clubs no están abiertos a eso y sólo quieren a Marco Faraone, ¿sabes? Sólo quieren el nombre conocido. Los clubs, en la mayoría de las ocasiones, no apoyan a los jóvenes talentos.

Imagen: © Nel G. Photography
También parece que la democratización de la música electrónica, y especialmente de los procesos de producción musical, ha generado una violenta mezcla de estilos: techno, trap, house, ambient, hip-hop e incluso reggaetón coexisten a veces en las cabinas de los DJs en todo el mundo. ¿Es esto bueno para la música electrónica y para la escena clubbing?
Si ganas cantidad, pierdes calidad. Todo el mundo puede producir un tema hoy en día, sí. Sólo necesitas un portátil, ni siquiera un estudio. Pero la mayoría de la gente no está preparada para hacer eso. Lo hacen de manera amateur y de alguna manera el resultado no suena muy bien. En cuanto a esas mezclas multi-estilo, mientras tengas calidad en la música, puede ser algo sorprendente escuchar un set versátil, pero siempre manteniendo la calidad a un alto nivel. Me gustan los experimentos y las sorpresas. A veces, echo de menos más de eso. Hoy en día, siento que muchos DJs mezclan sets aburridos. Parece que están siguiendo un template. Pinchan los mismos sets en cada bolo. Yo siempre trato de pinchar sets diferentes en cada ciudad a la que voy y en cada situación particular.

Volviendo a tu música y a tu trabajo, ¿en qué has estado trabajando últimamente?
Me mudé a Barcelona hace un año y medio, aunque pasé cinco meses también en Ibiza por la temporada de verano. Fue un gran cambio de vida para mí. Mudarme de Florencia a Barcelona fue un gran cambio y también una gran inspiración. Pasé la mayor parte de mi tiempo en el estudio trabajando en mi nuevo álbum No Filter, que sale ahora en Rekids. Es como una especie de proyecto diferente, más experimental, cruzando barreras y logrando algo más. Es algo más especial para mí.

¿Es bailable?
Mitad y mitad, digamos. Una mitad es bailable y la otra mitad tal vez no sea bailable. No es ambiental, pero es experimental, con muchas atmósferas.

Portada de No Filter. | Imagen: © Rekids
¿Qué aporta Marco Faraone al 2020? ¿O qué le aportará este 2020 a Marco Faraone? En términos de música, estudio, producción…
Bueno, también tengo nuevos EPs y lanzamientos en camino. Sigo colaborando con Rekids también, que es uno de los principales sellos en los que estoy editando. También estoy trabajando en un -esperemos- nuevo EP para Adam [Beyer], en Drumcode, que espero terminar pronto.

Ecología y sostenibilidad están ahora en boca de todos. Cada vez más clubs y festivales anuncian que van a dejar de usar plástico de un solo uso, pero aun así muchos artistas ‘underground’ siguen viajando con jets privados. ¿Cuál crees que es el camino… y la velocidad adecuada en todo esto?
Sinceramente, no creo que esto vaya a salvar nuestro planeta. Todos podemos hacer algo y dejar de usar coches o motos. Hay muchas cosas que no son buenas para el planeta. Obviamente, tratar de evitar el uso del plástico ayuda. Hemos estado bailando entre vasos de plástico durante los últimos 30/40 años. Pensando a largo plazo, por supuesto, eso fue fatal. Muchos artistas están volando en jet privado, vale, pero… creo que volar en un avión o en un jet privado es casi lo mismo, la verdad. Creo que el sistema tiene que cambiar en general. Tenemos que encontrar diferentes soluciones: para los coches, para los aviones, para todo. No vamos a salvar el planeta evitando vasos de plástico durante los próximos cinco años. Es un cambio pequeño, aunque bueno, por supuesto, pero no es suficiente.

Los discos de vinilo también han estado en boca de todos con respecto a este tema, ya que, obviamente, imprimir vinilos siempre es peor para el medio ambiente que descargar archivos online y guardarlos en un USB.
El mundo está lleno de contradicciones. Como dije antes, dejar de beber en vasos de plástico, pero seguir comprando vinilo… ¿qué sentido tiene todo esto? Es gracioso, pero bueno, es lo que hay. Necesitamos un cambio en el sistema en muchos aspectos diversos.

Vivie-Ann de Blond:ish es una de las artistas más activistas en la escena contra el plástico. | Imagen: © Blond:ish
Sólo una curiosidad: quería preguntarte por todos esos DJs que pinchan b2b hoy en día. Algunos me parecen un poco ‘raros’, digamos.
Me encanta ver b2b’s inesperados y sorprendentes si tienen sentido musicalmente hablando. Es cierto que, hoy en día, algunos de ellos simplemente no tienen sentido. Se hacen sólo por alguna estrategia de management, pero musicalmente no funcionan. He visto sets sin sentido alguno.

Tengo que decir que la mayoría de esos b2b’s sin sentido los vi en Ibiza… ¿Qué piensas de la escena musical de la isla?
La isla se dirige totalmente hacia el lado comercial. Ibiza está empezando a programar estilos musicales súper comerciales y la gente que visita la isla ha cambiado enormemente. Creo que Ibiza estaba cambiando (como dije antes, los cambios siempre vienen con un lado positivo y otro negativo), pero el público ahora es diferente: veo más familias, más gente rica, los bares y restaurantes están cambiando… Los lugares que antes eran chiringuitos ahora son grandes muros. Antes, Ibiza tenía un ambiente más hippy y de vida sencilla. Ahora, ves más familias con niños y estamos perdiendo a los clubbers, que ya no tienen dinero para venir a la isla, ya que la isla se ha vuelto súper cara en todos los sentidos. Incluso la gente que tiene una vida cómoda se queja de los precios. Imagina a los que ahorran dinero para ir a los clubs.

¿Por qué está pasando esto?
Creo que es lo que quiere la isla. Tuvieron demasiados problemas en el pasado. Hoy en día, con las redes sociales, si tienes un problema, todo el mundo lo sabrá al día siguiente. Hace 10 años, si alguien moría en un evento, por ejemplo, había que leer un periódico local para enterarse. Si eso ocurriera hoy, 24 horas más tarde toda la comunidad clubbing del mundo estaría hablando de Ibiza. Creo que Ibiza quiere limpiar o refrescar todo y obtener una nueva imagen.

Así luce la inmensa zona VIP de Ushuaïa. | Imagen: © Ushuaïa Ibiza Beach Club
¿Y reunir públicos nuevos y quizás menos peligrosos?
Reggaetón. Hay muchas fiestas de reggaetón ahora en Ibiza. Fiestas de reggaetón con miles y miles de personas, un público que disfruta de sus fiestas de una manera diferente. ¿Qué más puedo decir? Conseguiremos espacio para nuevos lugares pronto, en los próximos años. Ya he visto cómo evolucionan los nuevos lugares. ¿Quién sabe cuál será el próximo “mágico Space”? (risas)

¿Cuáles eran tus planes para este 2020 en Ibiza antes del confinamiento?
Mantengo una relación fantástica con Marco Carola, que es uno de los artistas que creyó en mi música y llevó mi perfil en la isla a otro nivel. Music On fue la chispa, la fiesta que me dio un nombre fuerte en la isla. Este último año, se mudaron a Pacha. Iba a hacer un proyecto muy grande con Amnesia este año con una nueva residencia en diferentes eventos, como por ejemplo Pyramid y elrow, y por supuesto la Opening Night.

¿Qué tal fue el cambio de Music On a Pacha?
Es diferente. En Pacha, sientes más que estás pinchando en un club, mientras que Amnesia me hace sentir más como si estuviera en una especie de festival, frente a 5.000 personas. Son dos clubs muy diferentes uno del otro, así que es muy difícil comparar sensaciones.

¿Un deseo para el futuro?
Pensando en los próximos años, mi gran deseo es tener mi propia marca, mi propia noche, mi propio concepto explicando mi propia historia, de dónde vengo, cuáles son los sonidos que me hicieron ser el artista que soy hoy. Por supuesto, sueño con tenerlo en Ibiza, pero siempre trato de mantener los pies en la tierra. Las grandes cosas necesitan tiempo. Veamos qué pasa en el futuro.

ARTISTA: MARCO FARAONE
(Imagen de Portada: © Phlame)

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Entrevista a Recondite: “Nunca cambiaré mi enfoque musical por lo que pueda decir la gente”

Nos acercábamos al año 2008 cuando un joven alemán, de carácter más bien introvertido, se asomaba a las cabinas de su Baviera natal para ofrecer dj sets distintos a lo habitual en aquella época. Lorenz Brunner apostaba por un sonido techno a bajas revoluciones. Una propuesta intimista, introspectiva, solitaria y cargada de melancolía. Una década después, Recondite es uno de los mayores iconos del techno melódico a nivel mundial. Ha publicado en prácticamente todos los grandes sellos del género. A sus 36 años, Recondite mantiene un ritmo de producción vertiginoso, aunque, tal y como nos reconoce, su sonido no esté en constante reinvención.

Uno de tus primeros discos, y tu debut en Ghostly International, fue Hinterland, publicado en 2013. Tu último lanzamiento fue Dwell, también en Ghostly International, publicado el pasado enero de 2020. ¿Podríamos decir que estos son tus dos álbumes más orientados al ambient?
No lo creo. Yo diría que Dämmerlicht, publicado en Plangent en 2018, es mi trabajo más ambient. No tenía ningún tema con 4-4. Tenía algunos beats, pero eran más bien down-beats y ritmos de hip-hop. La mayoría de los temas no tenían ni siquiera beats. Surf en barceloneta

¿Qué te hizo volver a publicar música con Ghostly International siete años después?
Tenemos una conexión constante. Siempre estamos en contacto y, cada vez que visito Nueva York, voy a su oficina. Después del primer lanzamiento, siempre dijimos que, si sacaba un nuevo álbum, podíamos hablar de lanzarlo juntos. Y eso es lo que pasó con Dwell.

En medio, han pasado nueve años en los que has publicado para Hotflush, Afterlife, Dystopian, Innervisions, Life and Death, Crosstown Rebels… Es como si un futbolista hubiera jugado en los mejores equipos del mundo. ¿Encaras tu producción musical de forma diferente según el sello con el que trabajas?
(risas) Sí, pero no en esa dirección. Tengo distintos enfoques a la hora de producir música y, después de eso, cuando mi música está terminada, me acerco a las discográficas – o ellas se acercan a mí – dependiendo del tipo de música que haya obtenido.

Tienes, por lo tanto, varios enfoques sobre la música, pero siempre bajo el mismo alias. ¿Alguna vez pensaste en usar distintos nombres?
Sí, pero creo que todos mis temas tienen una cierta familiaridad, aunque sean diferentes entre sí y se ajusten a diferentes atmósferas. De algún modo, tienen mi letra, diría. Son sólo matices y reflejos de mi trabajo. No veo razones para cambiar mi alias. Lo haría si fuera algo realmente diferente, como un proyecto de heavy metal o algo así.

Te entiendo, pero no podemos negar que tu nombre siempre ha estado, y sigue estando, relacionado a una música diseñada para bailar. ¿No crees que tu público se sorprendería si tocaras, por ejemplo, un set de ambient, sólo con música sin beats?
Podría ser, sí. En 2018, por ejemplo, toqué un set especial para presentar mi álbum Dämmerlicht. Fue en el CTM Festival, en Berlín. Construimos una escultura de luz especial en Säule, en Berghain, y fue un espectáculo ambient total. Fue divertido e interesante, aunque creo que la gente allí ya sabía lo que iba a ver y escuchar.

Sabemos que también haces algo de hip-hop…
Sí, me gusta el hip-hop… y lo produzco. Tres temas de mi nuevo álbum tienen algunos ritmos de hip-hop. Te digo más: creo que hay uno o dos temas en cada uno de mis álbumes donde puedes encontrar algunos ritmos de hip-hop.

Imagen: © Press Kit de Recondite
¿Produces para raperos?
De momento no. Estuve hablando con algunos, pero nunca acabé sentándome con uno en el estudio. Me gustaría hacerlo, llegado el momento.

¿Cómo es Lorenz Brunner en su tiempo libre?
Siempre intento estar relajado, si te soy sincero.

¿Qué quieres decir con «intento»?
No quiero tener una vida acelerada. Digo «intento» porque siento que, si no intentas a propósito ir un poco más despacio, especialmente teniendo este estilo de vida que he tenido en los últimos siete u ocho años, con tanto viaje, no consigues esa vida tranquila. Ya sabes, siempre arriba y abajo, siempre tocando en clubs, redes sociales, shows, hoteles, aeropuertos, transportes…

Imagen: © Press Kit de Recondite
Tu música parece decir que eres una persona bastante tranquila, ciertamente.
Solía ir a fiestas y eventos cuando era mucho más joven, como a los veinte años. Siempre iba a los clubs de mi zona, en Baviera, aunque no había muchas opciones por allí (excepto si te ibas a Múnich). Lo que a mí me interesaba era quién tocaba cada noche, no conocer gente o hacer nuevos amigos. No era – y no soy – una persona muy sociable.

Esa era mi siguiente pregunta. Tu música suena solitaria, melancólica, introspectiva. ¿Cuán relacionada está con tu personalidad?
Está bastante relacionada, aunque no al 100%. No siempre estoy triste y solo, como podrás imaginar. Pero es una parte importante de mí, eso seguro.

¿Cuándo, dónde y cómo dio Lorenz Brunner nacimiento a Recondite? ¿Por qué Recondite?
Fue en Berlín en 2009/2010. Empecé a darme cuenta de que tal vez tenía ante mí una oportunidad de publicar música como un artista, bajo un nombre artístico. Intenté encontrar una palabra que describiera de alguna manera lo opuesto a algo que es muy evidente, muy obvio, muy fácilmente comprensible. Intentaba buscar un adjetivo que describiera una circunstancia que no es obvia a simple vista, que está un poco escondida, que es misteriosa. Eso es lo que significa recondite (recóndito en inglés). Según el diccionario, un asunto recóndito es un asunto que no es fácil de analizar. Te exige profundizar más en él. Eso es exactamente lo que yo buscaba.

Imagen: © Phlame
Hace 5 años, en una revista colombiana, dijiste que estabas publicando música muy rápido. Tal vez demasiado rápido. Y cuando te preguntaron si incluso podía llegar a ser demasiado, respondiste: Es difícil de decir, pero creo que va a llegar muy pronto el momento en el que me dé cuenta de que ya he publicado un montón de música. (…) Están siendo demasiados temas. 5 años después, ¿qué tienes que decir al respecto?
Sigo pensando igual. A veces, siento que son demasiados lanzamientos por mi parte. Este año, por ejemplo, ya he publicado mi álbum y luego tengo dos remixes… y a ver qué pasa después. Es interesante publicar mucha música en muy poco tiempo, pero, por otro lado, me doy cuenta de que, si le metes demasiada caña, puedes perder el enfoque y la gente puede acabar saturada. Quiero tener un flujo constante de lanzamientos. No quiero tener cinco EPs y un álbum cada año. Y, lo más importante, tampoco quiero estresarme sentándome a hacer música a la fuerza constantemente. Quiero mantener mi enfoque inicial, que era totalmente libre. Cuando me inspiro, me siento y creo música. No quiero meter presión sobre mis procedimientos.

También dijiste una vez: soy consistente con lo que hago, aunque no me esté reinventando. ¿Consideras que no te estás reinventando?
En cierto modo, sí. Y ese es uno de los temas que trato en mi nuevo álbum Dwell. Cuando me senté a hacer los primeros bocetos de Dwell, me di cuenta de que tenía seis o siete loops, las primeras ideas que, a la postre, podían convertirse en temas. Y me di cuenta de que no era nada nuevo en mi estética musical. Pero disfruté haciéndolo. Y pensé: ¿Esto es bueno o es malo? ¿Debería continuar, y terminar, y tal vez hacer más, y tal vez conseguir un nuevo álbum? ¿O no vale la pena porque ya he hecho música similar? Lo pensé durante unos días y me dije: si decido que no tiene sentido, ¿cuáles serían las razones? ¿Tal vez que la gente diga que se aburren de mi música, que debería aparecer con algo nuevo? Así que me di cuenta de que la única razón que podría impedirme seguir haciendo mi música es la opinión de la gente. Pero, desde mi punto de vista, me gustaba esa música que estaba haciendo y disfrutaba haciéndola. Y esa es la única razón por la que hago música, porque disfruto haciéndola. Así que decidí seguir adelante. Vale la pena. Es mi huella personal en la música, aunque no reinvente mi sonido. Estoy feliz de insistir en esta estética musical. Es donde me siento cómodo. Si en algún momento siento que quiero cambiar drásticamente mi música, lo haré. Pero nunca cambiaré mi enfoque musical por lo que pueda decir la gente.

Siempre actúas live en tus bolos, pero con un CDJ y un mixer. ¿Puedes explicarnos cómo organizas tu set-up?
Tengo un mixer 96 Allen & Heath y uso tres canales. El cuarto está en el CDJ, pero es un back-up. Si mi laptop crashea, puedo salvar la noche con un CDJ y un USB. Hace mucho que no me pasa, por suerte. En los otros tres canales, tengo salidas de mi tarjeta de sonido. Tengo dos canales con pistas separadas y un canal para todos mis efectos y samples adicionales, drums, grabaciones de campo, material ambient… Mezclo esas pistas entre sí en el mixer externo, pero también dentro de Ableton con un controlador MIDI.

Recuerdo que una vez pinchaste b2b con Tale Of Us en Ibiza y también con Marcus Worgull en DGTL Barcelona. ¿Hacías de DJ ya en tus inicios?
Empecé a pinchar en Baviera, en clubs más pequeños, y también en Austria.

¿Pinchabas el mismo tipo de música que produces ahora?
Sí. Estoy pensando que podría tener algunas viejas mezclas grabadas de aquellos tiempos. Más tarde, me centré en la producción musical. Ahora, si tengo que pinchar, siempre prefiero una situación b2b. Cuando estoy solo en el escenario, quiero tocar live, necesito esa conexión especial con mis propios temas. Pero, a la que alguien se me suma en el escenario, la interacción con él/ella y con el público se convierte en un enfoque completamente diferente. A veces es, simplemente, pura diversión.

¿Estás atento a lo que sucede en la escena?
Un poco. No demasiado, la verdad.

Imagen: © Phlame
Ya sabes, normalmente, los DJs prestan más atención que los live performers…
Sí, estoy de acuerdo. Esa es una de las razones por las que siento que, en este momento, no podría ser DJ.

Te lo pregunto porque siento curiosidad por saber qué opinas de que Sónar haya tenido como cabeza de cartel a Bad Bunny, pero que, a su vez, uno de los festivales más mainstream, como Tomorrowland, haya programado a Tale Of Us o Stephan Bodzin en su escenario principal. Por poner dos ejemplos fáciles.
Creo que todo se está desarrollando.

¿De forma positiva o negativa?
¿Quién soy yo para juzgar eso? Creo que la música electrónica ha ganado mucha popularidad en los últimos años. También percibo esa mayor diversidad de estilos en los clubs más pequeños. No creo en las líneas rojas dentro de la música electrónica. Pero sí, como has dicho, shows con los que he actuado y compartido cartel están ahora en el escenario principal de Tomorrowland, lo que demuestra que esta música se está haciendo más grande y, por ende, se comercializa más. Dependerá de lo que toquen una vez estén allí. Si se mantienen fresh, será genial. Si se van hacia terrenos más cheesy o lo que sea, tal vez ya no sea tan positivo. Pero esto es completamente subjetivo. No soy la persona adecuada para juzgarlo.

ARTISTA: RECONDITE
(Imagen de Portada: © Phlame)

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MUTEK Barcelona 2020: 5 actuaciones claves

Cuesta creer que, 15 días atrás, Barcelona estuviera viviendo una de sus semanas más activas, candentes y cruciales para su escena creativa digital, electrónica y de vanguardia. MUTEK Barcelona -la edición española y única edición europea de la red MUTEK internacional, con hogar en Montréal y sede también en México DF, San Francisco, Buenos Aires, Dubai y Tokio- celebraba su 11ª edición.
Una edición marcada, sobre todo, por su afán descubridor, tanto en lo puramente artístico como en lo relativo a espacios. MUTEK es un festival descentralizado, que se inmiscuye en las entrañas de algunos de los espacios creativos más vanguardistas y simbólicos de la ciudad. En 2020, MUTEK creó Casa MUTEK x Reebok en Bridge_48, el nuevo hub de la música electrónica en Barcelona. Además, el festival celebró su Inauguración en Roca Barcelona Gallery, nos permitió visitar también el Institut Français y la Fundació Phonos, en la Universitat Pompeu Fabra, nos enamoró con los encantos de Abaixadors10 y de la Antigua Fábrica Estrella Damm y nos permitió bailar hasta la madrugada en dos de los clubs alternativos más interesantes de la ciudad: Nitsa Club y Laut.

Como decíamos, también en lo artístico MUTEK destacó por su afán descubridor. Un cartel sin aparentes cabezas de cartel centraba su atención en el estreno mundial de directos como los de Levon Vincent o la catalana Ikram Bouloum, en debuts en la ciudad como los de Lotus Eater (unión de Lucy y Rrose), la portuguesa Bleid o los japoneses Meitei e YPY. No menos destacable fue la actuación de la parisina Molly, que se presentó también en formato live, al igual que lo hicieron Loraine James y Barker, ambos con sus más recientes lanzamientos bajo el brazo.
Nos ha costado no dar más detalles del memorable cierre de Sherelle en la noche del viernes en Nitsa, con la sala rompiendo a sudar a base de footwork, así como no darlos tampoco del emocionante estreno de las Pianorig Sessions by Francesco Tristano, descubriendo la faceta más íntima y cercana del pianista y compositor. Pero quisimos quedarnos con cinco nombres. Y estos son. Cinco actuaciones que harán que no nos olvidemos de MUTEK Barcelona 2020 en muchísimo tiempo. Con ellos, disfrutamos de uno de los últimos bailes previos a la gran cuarentena causada por el coronavirus.

5. Lucinda Chua
Imagen: © YF AgencyLa violoncelista de FKA twigs se presentaba en solitario como una de las grandes estrellas del cartel. Lucinda Chua llegaba a Barcelona con Antidotes 1 bajo el brazo. Tras sus colaboraciones paralelas también con GAIKA, KÁRYYN o Ben Vince, este lanzamiento supone el primer trabajo en solitario de la compositora británica. Lucinda Chua actuó el jueves por la tarde en X/Visions, creando en el auditorio del Institut Français atmósferas de otros mundos. Su voz celestial interactuó con las distintas capas de sonido de su violoncelo, superpuestas unas sobre otras creando armonías hipnóticas cercanas al pop experimental y el r&b. Lucinda incluso sorprendió bajando a platea a cantar, aunque fue su gran éxito, “Feel Something”, lo que más alto hizo volar al público de MUTEK.

4. ISAbella b2b Vlada ALQUILER LIMUSINAS SABADELL
Imagen: © YF Agency¿Es posible tirar vinilo tras vinilo durante dos horas sin cometer un minúsculo error y sin aflojar ni un segundo el nivel? La colombiana ISAbella y la rusa Vlada demostraron que sí. MUTEK apostó por la escena local entregando el cierre del festival, el sábado por la noche en Nitsa, a una de las selectoras más activas en Barcelona: la colombiana ISAbella, promotora principal del colectivo Maricas. Se le propuso un b2b e ISAbella optó por Vlada como aliada. El resultado fue de un nivel superlativo. Durante dos horas, Nitsa no dejó de agitarse ante una combinación de electro, techno, groove y breaks, una amalgama de estilos que difícilmente suena hoy en día en los grandes clubs de la ciudad. En un festival en el que no abundan los dj sets, este se hizo con un hueco entre lo mejor de su 11ª edición.

3. Mainline Magic Orchestra
Imagen: © YF AgencyEran la gran incógnita del festival. Otra apuesta local. Esta, sin duda, arriesgada, al menos a priori. Hasta ahora, Mainline era un humilde colectivo de selectores barceloneses. En MUTEK, se presentaron como banda de música house en vivo. Y lo petaron. A base de sintetizadores, cajas de ritmos, teclados y sus propias voces, Nile Fee, John Heaven, JP Sunshine y Daniel 2000, junto a muchos más miembros del show (culturistas incluidos), dejaron a Nitsa, también el sábado, entre aturdidos, atónitos y enamorados. Mainline Magic Orchestra ofrecieron uno de los conciertos más épicos de los últimos años en la escena de clubs de Barcelona. En nuestras mentes aún retumba aquello de “los niños del parque fuman cigarrillos”. Momentos tan mágicos como los Mainline. Esta fue su primera conquista de muchas. Su carrera acaba de despegar. No les perdáis de vista.

2. Grand River
Imagen: © YF AgencyCuando salimos de la Universitat Pompeu Fabra el viernes por la tarde, lo teníamos todos claro: la de Grand River había sido la mejor actuación del festival hasta el momento. Mitad italiana, mitad holandesa, la compositora, música y productora afincada en Berlín demostró por qué una eminencia como Donato Dozzy la ha acogido bajo su paraguas. Grand River dibujó un terreno abrupto y experimental al inicio de su directo y dejó que todo fuera allanándose poco a poco mediante melodías de alto impacto. La oscuridad imperante en la Sala Aranyó y la ausencia de visuales invitaban a cerrar los ojos, estirarse en el suelo y dejarse llevar. Y eso hizo la mayoría.

1. Aquarian ALQUILER LIMUSINAS SABADELL
Imagen: © YF AgencyLo que hasta ahora era Experience, mutó en 2020 a Play. Hablamos del evento más popular de MUTEK Barcelona: la tarde del sábado en la Antigua Fábrica Estrella Damm. El festival decidió reducir el espacio a la Sala Máquinas, donde cinco actuaciones concentraron toda la atención del público, invitando así a una mayor concentración en lo puramente artístico, dejando de lado la faceta más social del encuentro. Play concluyó con la estelar actuación de Aquarian. El canadiense, también afincado en Berlín, llegaba con The Snake That Eats Itself bajo el brazo, un álbum que vio la luz a principios de año en Bedouin. Aquarian navegó entre el downtempo, los breaks y el rave, alejándose siempre de los estándares y ofreciendo una clase magistral de lo que, a partir de ahora, podremos catalogar como música rave avanzada, futurista y de alta sofisticación. Este fue el primer live de Aquarian en su carrera. Muchos podrán intentarlo millones de veces y se quedarán a la altura de sus talones. Aquarian fue el gran triunfador de esta 11ª edición de MUTEK Barcelona.

(Imagen de Portada: © YF Agency)

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