Glassforms, de Max Cooper y Bruce Brubaker: música que un ser humano jamás podría componer

“Escuchar Glassforms es una experiencia profundamente conmovedora, iluminadora y espiritual.” Así se expresó uno de los afortunados que ha podido disfrutar en vivo de los encantos del trabajo conjunto de Max Cooper y Bruce Brubaker. Glassforms sonó por primera vez en 2019 gracias a la Filarmónica de París, para viajar luego a Barbican, en Londres, y a Sónar, en Barcelona. Tres coordenadas que conforman el trayecto de un trabajo que ha sido minuciosamente diseñado y desarrollado por dos líderes, cada uno en su materia. Surf en barceloneta
Bruce Brubaker es uno de los pianistas más innovadores del momento. Max Cooper, quizás más conocido en los entornos del baile, es un científico convertido a artista de música electrónica. Juntos, han redibujado el mensaje original de Philip Glass, fusionando el gran piano acústico de concierto con los sintetizadores y técnicas de producción de última generación. El resultado ha logrado unir en la misma sala a asiduos a los clubs, seguidores del neoclasicismo y amantes del piano.

“En Glassforms, Max Cooper y yo unimos fuerzas sobre el escenario para llevar a cabo una obra de arte en equipo. Se basa en música de Philip Glass, pero reavivada, recontextualizada, posmodernizada,” explica Brubaker.
Cooper agrega: “Es un riesgo que queremos asumir, un experimento, un emocionante proyecto que nos permite crear una combinación de técnicas de composición tradicionales y modernas, algo así como una autenticidad modulada.”

Imagen: © InFiné Music
Max Cooper diseñó, junto al desarrollador de software Alexander Randon, un sistema de expresión musical que funciona mediante código. Este toma en directo los datos que crea la música del piano de Bruce Brubaker y los convierte en formas nuevas, pero íntimamente relacionadas. Esta señal marca el ritmo de los sintetizadores, que Cooper modula y aumenta en el escenario para añadir sus propias variantes híbridas. El resultado es de una sofisticación superlativa. Es música que un ser humano jamás podría componer.
Glassforms está compuesto por seis pistas de duraciones muy dispares, variando entre los 2 minutos y 14 segundos, la más corta, y 13 minutos y 6 segundos, la más larga. Para conectar estas seis piezas, Cooper y Brubaker improvisan en cada espectáculo transiciones, llamadas “Preludes”. De este modo, rinden homenaje a una larga tradición en el mundo de los pianistas, acostumbrados estos a improvisar tanto introducciones como transiciones en sus conciertos.

Cada vez que Glassforms es interpretado, se da a luz un espectáculo totalmente nuevo, en el que Max trata de controlar el caos generado por la información en tiempo real generada en respuesta al teclado de Bruce. En palabras de Cooper: “Es un balance entre el orden y el caos, que es, para mí, donde nace la música más bella.”
Glassforms está desde hoy a la venta y disponible para escucha en todas las plataformas digitales. El lanzamiento en formato físico, formado por dos LP en vinilo y un CD, llegará el 24 de julio. Todo, vía InFiné Music.

TRACKLIST:
Prelude 1Metamorphosis 2Prelude 2The Poet ActsPrelude 3Two PagesPrelude 4Mad RushTirol ConcertoPrelude 5Opening
(Imagen de Portada: © InFiné Music)

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