Bratislava en un día

La capital eslovaca se ha convertido en una de las visitas europeas obligadas dada su ubicación y su oferta lúdico-cultural. Muchos aprovechan para visitarla tras su paso por Viena (se encuentran a tan sólo 65km), y aunque la ciudad austriaca se lleva la palma en cuanto a cultura, Bratislava mejora con los años, como el buen vino. ¿Os animáis a viajar a Bratislava en un día?
Por la mañana

Llegados a las orillas del Danubio, Bratislava nos recibe con los brazos abiertos. Se trata de una ciudad pequeña, por lo que no tendréis que ir corriendo de un lado para otro para recorrerla entera. Debéis disfrutarla a pocos y perderos por sus calles peatonales. Para comenzar, podéis caminar hasta la plaza mayor y descubrir la famosa estatua de Napoleón. Dicen que sus tropas estuvieron hasta en dos ocasiones en Bratislava y que el general se enamoró de una enfermera eslovaca, de modo que decidió quedarse a vivir allí.
“Es recomendable hacer alguno tour por la ciudad para aprender sobre su historia. Nosotros somos partidarios de la gymkhana en Bratislava, así aprenderéis diferentes curiosidades de la ciudad con ese punto competitivo y por supuesto con unas risas aseguradas.”
Dónde comer
Lo normal en la cocina eslovaca es comer una sopa y un plato principal de carne debido a su orografía y su clima. Entre los platos típicos, destacan el bryndzové halusky (patatas con queso de oveja y bacon frito por encima) y los pirohy (pasta rellena de queso de oveja o carne).
Algunas recomendaciones son el Slovak Pub (calle Obchodna 62) o el Sladovña (calle Sedlárska 1), aunque si lo que buscáis son precios más económicos, por menos de 4€ podéis degustar un menú en el Segner Lounge.
Por la tarde

Ya con el estómago lleno, las opciones son diversas. Por un lado, no podéis iros de Bratislava sin visitar su famosa iglesia azul. Su peculiar color dota al edificio eclesiástico de un aura diferente que hace las delicias de los fotógrafos amateurs. Sin embargo, un poco más alejado se encuentra el Museo del Danubio. Sus exposiciones suelen ser interesantes, además de que en sí el edificio merece un paseo. Sus cristales os permitirán ver el Danubio en pleno esplendor y os harán volar por sus aguas.
“Recordad que desde Bratislava se pueden encontrar vuelos muy baratos a otras ciudades europeas debido a su ubicación. Por menos de 10€ podréis visitar Berlín o Budapest”
Por la noche

Las opciones nocturnas son variadas y muy apetecibles en la capital eslovaca. A pesar de su tamaño, Bratislava alberga numerosos pubs y el ambiente es muy divertido. Si queréis probar algo diferente, el Gallery Andy puede ser una opción dada su decoración al estilo de Andy Warhol (aunque el famoso artista nació en EEUU, toda su familia era eslovaca). Por otro lado, si queréis probar la cerveza artesanal, ¡el Bratislavsky Mestiansky Pivovar será todo un descubrimiento! Y si queréis hacer un mix de bares acompañados de un experto de la noche, la mejor opción será un pub crawl.
¿Os animáis a visitar Bratislava? ¡Una escapada de un día será suficiente!

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Santiago de Compostela en un día

Santiago de Compostela es uno de los lugares que todo el mundo debe visitar
en su etapa universitaria. No importa la época del año, ni si vas acompañado o
decides lanzarte a la aventura tú solo, lo realmente importante es llegar hasta
esta ciudad gallega y disfrutar de la energía y magia que derrocha.

¿Por qué decimos que es ideal visitarla cuando todavía se está en la universidad? Básicamente porque Compostela es, y siempre será, el refugio de miles de estudiantes que cada septiembre llenan sus calles de vida con el arranque del nuevo curso. Pero no os creáis que son los libros los que nos importan, todo lo contrario: esa afluencia de jóvenes convierte a la capital gallega en el epicentro de las actividades culturales de toda la Comunidad. Así pues, Santiago de Compostela es el telón de fondo de algunos de los festivales de música más importantes, como O Son do Camiño, y de innovadoras iniciativas gastronómicas como el mercado de La Galiciana. Por no hablar de las numerosas exposiciones, conciertos y obras de teatro que tienen marcada en rojo a la capital gallega en sus programas.

Llegados a este punto seguro que estáis pensando que ciudades universitarias
hay muchas, y que las grandes metrópolis como Barcelona, Valencia o Madrid
pueden ofreceros una agenda cultural mucho más variada. Y es cierto, pero lo
que seguro que no os podrán dar ninguna de esas urbes es el ambiente que se
respira en las calles empedradas de Santiago, esas que recorren a diario
cientos de peregrinos tras días, semanas o meses en camino. Rúas cargadas
de historia, de sueños cumplidos, de etapas finalizadas, de inicios en el
horizonte.

Pero vamos a dejar a un lado las emociones para centrarnos en los datos
objetivos. A esta ciudad que conjuga como ninguna otra tradición y modernidad
se puede llegar de varias maneras, pues está perfectamente comunicada a través
de tren, avión o autobús con cualquier ciudad del resto de España. Los más
valientes pueden atreverse a llegar andando, escogiendo para ello alguno de los
7 itinerarios básicos que tienen como meta Compostela. Este número de la
suerte en
muchas culturas marca las rutas tradicionales del Camino de Santiago:
el francés, la vía de la plata, el inglés, el portugués, el portugués por la
costa, el del norte y el primitivo.

Independientemente de cómo lleguéis, lo que está claro es que hay ciertas cosas y determinados lugares que debéis hacer y ver sí o sí. Coged papel y boli, ¡nos vamos de viaje!

Por la mañana

En Santiago de Compostela el ajetreo es constante, pero es durante las mañanas cuando los estudiantes abarrotan las calles de la ciudad camino de las facultades. Ya no digamos los autobuses en los días de lluvia, que suelen ser casi todos. Por eso, lo mejor es aprovechar la mañana para hacer un poco turismo arquitectónico. ¿Primera parada? Obviamente, la Catedral, a la que recomendamos llegar antes de las 12:00, hora a la que se celebra la misa del peregrino y se suele llenar de gente.

Consejo para navegantes: el selfie perfecto lo conseguiréis desde el centro del soportal del Ayuntamiento, situado justo enfrente de la catedral. Tendréis que agacharos un poco para conseguir que toda la construcción entre en plano, pero valdrá la pena. Muy recomendable también es la visita a las cubiertas de la catedral, ya que ofrece una visión espectacular de toda la ciudad. Y por supuesto, no podéis abandonar el Obradoiro sin comprobar si habéis escogido bien vuestro futuro en el Árbol de las Ciencias. 

Aprovechando que estamos en la llamada zona vella, y muy
cerquita de la facultad de Medicina, es recomendable desplazarse hacia ella y
visitarla por dentro. Justo enfrente de la facultad se encuentra el callejón de
San Francisco, que nos llevará hasta San Martín Pinario, otra construcción
digna de visitar. Si continuamos subiendo llegaremos a la Praza
Cervantes, en donde, si es verano, seguro que habrá algún músico callejero
tocando. Desde aquí, podremos recorrer la Rúa Calderería, una
larga calle que nos llevará hasta las facultades de Historia y Filosofía. Ambos
edificios imponen por fuera, pero la biblioteca de Historia es, sin duda, una
de las más espectaculares que veréis nunca.

Ya fuera del casco vello es interesante también visitar la facultad de Xornalismo, diseñada por el arquitecto portugués Álvaro Siza y galardonada con varios premios de arquitectura, y el antiguo hospital. Cerca de este último se encuentran las ruinas del Pazo de Espiño, construido a principios del siglo XX.

Para comer

Toca reponer fuerzas y para ello lo mejor es que nos desplacemos hasta la Rúa do Franco. Restaurantes y taparías se dan cita en esta estrecha calle que recorre la ciudad desde el Obradoiro hasta la Alameda. Hay locales para todos los gustos, pero os recomendamos especialmente el Submarino: sus huevos rotos con chorizo están de muerte. 

Para ayudar a hacer la digestión qué mejor que dar un paseo por la Alameda,
desde la que podréis disfrutar de una de las mejores estampas de la catedral y
visitar la
estatua de las Dos Marías. Además, en plena Alameda hay un bar en el que
los árboles forman parte de su estructura, ideal para tomar un café o una
infusión para ayudar a bajar la comida. ¡Todavía queda mucho por ver!

Por la tarde

Vistos ya los emblemas de la zona vella, toca ahora recorrer las calles del ensanche. Esta es la parte más nueva de la ciudad y también la que acoge el mayor número de tiendas, cafeterías y bares. No obstante, una vez vista esta zona de Santiago, os recomendamos desplazaros hasta los parques de Bonaval o Belvís. Ambos son un oasis de paz en medio de la ciudad, pero si tuviéramos que decantarnos por uno lo haríamos por Bonaval: en su entrada se encuentra en el Centro Galego de Arte Contemporáneo (CEGAC) y el Museo do Pobo Galego. Y como aperitivo antes de la cena, qué mejor que tomar algo en el pub Momo, todo un emblema de la ciudad que cuenta con terraza interna y destaca especialmente por mantener el pavimento de la antigua calle que pasaba por el lugar en el que fue construido.

Por la noche

Las primeras cervezas de la noche se pueden tomar en algún pub de la zona vella: el Atlántico o la Casa das Crechas son buenas opciones. Si sois amantes de la música, os recomendamos echarle un vistazo al cartel de la Sala Capitol, en donde también podéis empezar la noche al ritmo de artistas internacionales y nacionales. Después, existen dos posibilidades: continuar la fiesta por los locales de la zona vella, como el Modus Vivendi, A Reixa, Albaroque o Tarasca; o bien dirigirse a la zona nueva para disfrutar de alguna de las discotecas con las que cuenta la ciudad. La elección depende de vuestros propios gustos y de lo que estéis dispuestos a caminar para volver a casa, aunque si no lo tenéis claro siempre podéis optar por hacer la ruta del París-Dakar. 

Ya hemos visto lo más significativo de Santiago de Compostela, y eso que se nos han quedado algunas cosas en el tintero, como la visita a la Cidade da Cultura y al Museo Gaiás. ¿A qué estáis esperando?

TheFunPlan
Somos una startup especializada en organizar viajes de diversión en grupo. Formada por un equipo de jóvenes apasionados de la tecnología y los viajes, nuestro objetivo es facilitaros los mejores planes para viajar en grupo de la forma más sencilla. ¿Quieres conocer lo que os ofrecemos? En nuestra web The Fun Plan lo encontrarás.

Liubliana en un día

Estamos en pleno siglo XXI, y las escapadas a destinos típicos como Roma, Londres o Dublín son taaaan 2017, que hoy hemos venido a recomendaros uno muy muy 2020. ¿Estaremos hablando de Paris, Lisboa o Venecia? ¡ERROR! Hoy vamos a hablar de Liubliana, capital de Eslovenia ¿os suena? Es aquel país que antes pertenecía a lo que era Yugoslavia.

Alguno de los encantos más destacados de este lugar, es que, a pesar de ser tan pequeñito y acogedor, es una ciudad súper viva con muchísimos atractivos tanto dentro de la misma ciudad; como a poca distancia, apenas unos kilómetros, nos encontramos un castillo digno de admirar, mejor de lejos que de cerca y sobre todo a la hora de la puesta de sol, desde un bar-mirador, del que hablaremos más adelante.

Por esto y mucho más, Liubliana en un día se convierte en uno de los destinos para visitar más top.

Por la mañana

Lo primero es lo primero, aunque
efectivamente Liubliana es pequeña, vamos
a necesitar calzado cómodo porque toda
la ruta que tenemos planeada sólo recomendamos
hacerla pateando, así que ¿listos? Allá vamos.

Como primera toma de contacto con
el ambiente en general de la ciudad, queremos empezar cruzando el Puente de los
Dragones. Tranquis, no son ni de carne ni de hueso, y mucho menos escupen fuego
por la boca, pero si que son dignos de ver.

Empezar a callejear un poco hasta
llegar a la Catedral de San Nicolás, un
edificio de estilo barroco que resalta por su cúpula verde y sus torres gemelas. Está situada
en la plaza de San Cirilo y San Metodio.

Continuamos nuestro camino hacia
la plaza donde se encuentra el ayuntamiento de la ciudad, que no es un edificio
muy llamativo en sí, pero
representa a la perfección el
modo de vida de nuestros anfitriones de hoy. Aunque antes de llegar, es casi obligatorio
parar en la Fuente de Robba.

Seguimos la ruta hacia la Fuente
de Hércules, a la que vamos a llegar por el
camino más directo que además está completamente constituido de arquitectura
eslava.  

Dónde comer

Después de todos los selfies obligatorios de las visitas de la mañana, fijo que estamos muertos de hambre, ¿verdad?

Hemos encontrado un restaurante
genial, que no se aleja mucho de la ruta que llevamos y que además sirve comida típica del país ¡y a un precio muy razonable!

Se llama Landerik y lo que más recomendamos, son sus carnes.

Por la tarde

¡Estómago lleno, manta y carretera! Seguimos la ruta hacia la plaza Prešeren, que es preciosa para pasear tanto de día para poder admirar bien su arquitectura, como de noche cuando está completamente iluminada.

No queremos que os perdáis el Puente Triple, y nos parece uno de los mejores caminos para llegar a
la Plaza, así que ¡vámos!

De plaza en plaza y tiro porque me toca, el siguiente destino que es un must, es la Plaza de la República, que se quiere dar un aire (y sólo un aire) a la Plaza Mayor de Madrid. Está genial para tomarse un café, aunque recomendamos simplemente pasearla porque todavía nos queda una de las cosas más impresionantes…

¡Llegamos! Y si ha ido todo como planeamos, estamos muy muy cerca del momento más bonito del día: el atardecer. No queremos que os perdáis las pedazo de vistas que nos ofrece aquel bar-mirador del que os hablábamos al principio… Se llama Nebotičnik, es la terraza del único “skyscraper” de Liubliana, por lo que no hay absolutamente nada que bloquee las increíbles vistas al castillo.

Es un restaurante, aunque un poco
caro… Lo que recomendamos es subir a tomar un
refresco, más que ir a cenar, en la terraza (siempre
que el tiempo lo permita).

Por la noche

Para acabar por la puerta grande este día de locos sin parar ni un segundo, os recomendamos la discoteca “Shooters Club”, un sitio de música variada que hasta las 23:00 está bajita para hablar con comodidad y se puede jugar a “beerpong” mientras se calientan motores; y a partir de entonces suben la música y lo único que te queda es bailar.

Aunque sabemos que después de un día como este, probablemente estéis agotados, la discoteca no cierra hasta las 5 de la mañana los fines de semana, y entre semana sólo cierra los lunes.

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