Paradiso: cocteles creativos y bocadillos

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Desde su apertura en el Born, tras la discreta fachada del Pastrami Bar, Paradiso ha evolucionado considerablemente. Lo que inicialmente fue un lugar de cocteles creativos ‘clandestino’, ofreciendo bebidas ingeniosas a precios asequibles, ha florecido hasta convertirse en una de las mejores barras del mundo, aclamada como la mejor según la lista de los World’s Best Bars.
Cocteles creativos que sí o sí hay que probar
Tras atravesar la puerta camuflada de un bar de bocadillos, donde se desliza una nevera de madera que ocupa media pared, se revela la entrada a un speakeasy de puerta blanda. Estirarla es el único requerimiento para sumergirse en una elegante cueva delineada por lamas de madera, donde Giacomo Gianotti, galardonado como el mejor coctelero de España en 2014, lidera el arte de la coctelería.
Las transformaciones son evidentes. Paradiso ha dejado atrás la etapa de coctelería de fantasía de 2016, pero mantenerse en la considerada mejor barra del mundo tiene su precio, oscilando entre los 12 y 17 euros por copa. Sin embargo, el verdadero valor radica en la experiencia única que ofrece. El bar se redime de cualquier acusación de elitismo, enfocándose más en la exclusividad de la experiencia que en los costos.
La elaboración de cada trago se convierte en un espectáculo de precisión y tecnología, yendo más allá de simplemente preparar la bebida. Paradiso cuenta con un laboratorio I D donde crean acompañamientos comestibles y adornos para los cócteles, conocidos como ‘garnish’.
Pero, lo más destacado de todo, son las extraordinarias bebidas. Recomendamos probar el «Tesla» (inspirado en Nikola, no en Musk), una asombrosa creación donde dos gases realizan una reacción electromagnética, desencadenando vibrantes sabores de ginebra, vino de feijoa, manzanilla, mate, ron y limón. Un cóctel cítrico y eléctrico que deleitará los sentidos.
¡Bocadillos increíbles!
La fachada que presenta el Pastrami Bar no es solo una tapadera. La oferta limitada pero excelente de los artesanos del ahumado, Rooftop Smokehouse, incluye opciones como el bocadillo de pastrami de la casa. Además, puedes disfrutar de otras delicias, como un bocadillo de queso artesano ahumado y a la plancha con chalotas confitadas.
Paradiso ha alcanzado un equilibrio perfecto entre la extravagancia de sus cócteles y la calidad de sus bocadillos, creando un destino ineludible para los amantes de la mixología y la gastronomía.
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Aunque los tiempos han cambiado desde su inicio, Paradiso sigue siendo un lugar donde la magia de las mezclas y la exquisita comida se fusionan para ofrecer una experiencia única e inolvidable. Si buscas deleitar tus sentidos con lo mejor de la coctelería y los bocadillos, Paradiso es el lugar que no querrás perderte.
Para disfrutar de los mejores cocteles creativos de Paradiso, solo tienes que ir a Rere Palau, 4, El Born.

Káktos Botanical Society: coctelería, botánica y música en un solo lugar

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Existe en Barcelona un lugar para quienes quieran reconectarse con su esencia naturalista, ubicado en la calle Borrell 147, justo entre Gran Via y Diputació: Káktos Botanical Society.
Esta es una nueva coctelería en la cual los comensales pueden disfrutar de bebidas clásicas y los mejores cócteles de autor con “líquidos de origen vegetal”, con los que se pueden transportar a diversos lugares del planeta como, por ejemplo, los bosques tropicales del Amazonas, los campos de lavanda de Francia o el Parque Hitsujiyama en Japón, entre otros.
Cabe mencionar que este es un espacio de aspecto minimalista que, además, funciona como hotel de plantas. Allí los clientes pueden dejar las suyas cuando se van de vacaciones y nadie puede ocuparse de ellas. Pero también se pueden degustar cócteles con licores que han sido infusionados con cultivos de brotes verticales.
Káktos Botanical Society, para amantes de la naturaleza
Quienes quieran visitar esta coctelería botánica solo tienen que cumplir un requisito: compartir la pasión por la naturaleza. Por tal razón, Marcos Fernández, quien es manager y gestor del espacio para eventos del sitio y coordinador de gastronomía comentó que lo que buscan es:
“Tratar de acercar la botánica al estilo de vida urbano con un carácter festivo y de ocio”.
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Vale la pena resaltar que Káktos contará próximamente con eventos mensuales, entre los que se encuentra un curso de coctelería botánica impartido por la experta en ciencias de las hierbas, Andrea Laruso.
Por otra parte, el primer fin de semana de cada mes se llevará a cabo el flea market de plantas, evento en el cual tendrán la posibilidad de participar los propietarios de los negocios botánicos particulares. Mientras tanto, el artista musical Ander Villarejo, acompañará el evento con melodías inmersivas, todo a través de las ondas y vibraciones de las plantas.
Cócteles únicos para todos los gustos
Quienes vayan a Káktos podrán disfrutar de cócteles clásicos por 13€ y de autor por 12€. Y podrán elegir entre especialidades como el Gin infusionado con curry o el Vodka bañado en mostaza, miel de tomillo, cítricos y burbujas. Según el coctelero Fernández, el primero de estos –el Gin infusionado– es la bebida más exitosa del lugar. Esto se debe a que, además, tiene cúrcuma, hierba de limón y otros ingredientes exóticos de la comida tailandesa, lo que hace que tenga un sabor único.
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Además, se pueden elegir cócteles sin alcohol, por ejemplo, el Vulgaris que está elaborado con arándanos, albahaca, pomelo y vinagre balsámico. O el Carota elaborado a base de naranja, zanahoria, aloe vera y jengibre.
Finalmente, hay que decir que en la carta también hay tentempiés entre los que hay que destacar el Wasabi Satibum, unos guisantes verdes tostados recubiertos de wasabi. Y también hay clásicos como patatas fritas al estilo chips.

Dead End Paradise, entre los mejores bares del mundo, abrió una sede en Barcelona

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Uno de los mejores bares del mundo abrió recientemente en el Raval, se trata de Dead End Paradise, específicamente en Valldonzella, 30. Un lugar, moderno y cercano, con mucho estilo y casual, perfecto para todo tipo de público.

Jad Ballout es el propietario de este fantástico lugar de copeo, del cual no podemos hablar sin antes conocer la historia detrás de su apertura. Antes de este sitio, Jad tuvo un bar en Beirut el cual se llamaba Electric Bing Sutt –llegó a estar entre los 50 mejores del mundo en el 2019–. Pero el 4 de agosto de 2020, la terrible explosión en el puerto de Beirut redujo su coctelería a solo escombros.
Por suerte Jad y el resto de los empleados le hicieron el quite a la muerte, y tres días después del suceso amigos “bartenders” alrededor del mundo comenzaron a recaudar dinero a través de eventos y sus bebidas embotelladas. De esta forma, y en muy poco tiempo, lograron recaudar alrededor de 40.000 euros.
Con el dinero, Jad y sus socios tomaron la decisión de no reabrir Electric Bing Sutt en Beirut, sino que abrieron un nuevo bar: Dead End Paradise, lo que quiere decir que este es un bar nacido de la solidaridad, y de su identidad libanesa, según lo explicó su dueño.
Dead End Paradise: un bar con afinidad mediterránea
El Dead En Paradise de Barcelona que recientemente fue inaugurado por él y su jefa de coctelería, Jade Ismael, quien luego de la explosión se fue a trabajar a Suiza y ya se instaló en Barcelona, precisamente para este proyecto afirmó en una entrevista que:
“Barcelona es muy parecida al estilo de vida libanés y mediterráneo. Al mismo tiempo es una ciudad muy internacional que está creciendo de forma acelerada en la escena coctelera”.
Jad Ballout define las bebidas de su nuevo bar como algo muy “experimental, pero sin esnobismos”, muy cercano al consumidor y fácil de asimilar, en lo que a textura y sabor se refiere. Por lo tanto, aprovechó para hacer alarde de su espectacular cóctel de pan con tomate líquido creado a partir de vodka y whisky de malta que se infusiona con pan y clarificado. Su sabor es de notas dulces, gracias a su tomate confitado y el aceite de oliva que le da un toque un tanto grasiento al final. Afirma que es, simplemente delicioso.
La inspiración de los sabores viene de las cosas que han descubierto en Barcelona. Y destaca, por ejemplo, el Icy Pink, que es un cóctel con churros- más bien con sirope de churros–. Una bebida inspirada en un día en la rambla.
Definitivamente hay que conocer este local, un lugar que asombra por sus ventanales de cristal, su escalera de caracol, su barra abierta y, por supuesto, su espectacular ambiente y bebidas.

Hijos de Tomás

Lujo clandestino
La Ley Seca fue derogada en 1931 en Estados Unidos y nunca proclamada en Hijos de Tomás. En España no existió esa ley como tal, pero la época de posguerra y la más estricta dictadura no fue exactamente la etapa de la diversión.
En consecuencia, cuando pasaron los últimos años 40 y despuntaban los 50, un mínimo atisbo de libertad embriagaba la capital en un furor nocturno de alcohol, música y famosos, que la historia denominó Dolce Vita madrileña. En “Arde Madrid” puedes ver cómo era esa época. En Hijos de Tomás, puedes vivirla.
New York, 1932. Podría ser, ¿no?
La noche madrileña se multiplica, camaleónica. Puede ser callejera en la plaza Dos de Mayo, aérea en las azoteas de Gran Vía, bien underground en los garitos periféricos… y totalmente clandestina en coctelerías que nadie ve desde la calle. Un portero emula a un botones de hotel, en voz baja nos saluda y nos señala unas escaleras que bajan elegantes hacia la nada.
Bajamos despacio hacia lo desconocido y de aquella nada surgen dos puertas que, a modo de bienvenida a la mansión Drácula, se abren solas. Lo tenebroso del momento da paso fugazmente a un espacio recatado, diáfano, de suelos y paredes marrón oscuro, iluminado tenuemente por luces bajas y velas. La sombra predomina. El ambiente en Hijos de Tomás se mantiene, todavía, tranquilo.
Los dos primeros combatientes.
El estilo americano de la barra y la decoración nos introduce sutilmente en una película. Miramos y buscamos al típico camarero con un trapo limpiando el mostrador, a los gangsters de sombrero y tirantes, a la femme fatale de vestido de lentejuelas, cigarrillo y misteriosa caída de ojos. No dimos con estos personajes arquetípicos, pero en su lugar nos encontramos con Ana, una simpatiquísima manager que nos contó algunos secretitos del lugar.
Por ejemplo, para los chismosos, el nombre de Hijos de Tomás hace referencia a los posibles vástagos que el bueno (o malo, no supimos) de Tomás dejó por el mundo en sus múltiples viajes. También nos contó los homenajes que brindan los cócteles, pero eso merece párrafo aparte.
Es un sitio de cócteles, pero la croqueta se respeta.
Desde los nombres a los ingredientes, enseguida supimos que estábamos ante unos cócteles diferentes y diferenciales. La selección parecía Brasil del 70: Cox, por Jennings, el creador del daiquiri; Madonna Lips por lo obvio, Compay por el Segundo; Winston por el ministro inglés; o La Llorona por la leyenda mexicana.
Toda la carta persigue esa distinción personal encarnada en un personaje y casi todos los cócteles contienen una variación con el sello de Hijos de Tomás. Os cuento los que probamos, seguidme.
¡Hijo de la luuuuuna…!
La dama misteriosa que me acompañaba arrancó por un South Face, una carretera secundaria del South Side inicial. El nombre tiene su historia: mantiene el South por el sur español, representado mediante una manzanilla de Sanlúcar; y cambia el Side por el Face rememorando los cócteles que acompañaron a Tony Montana (Scarface) durante la película.
La ginebra de base se ve eclipsada, en un primer momento, por la frescura de la menta y el pepino. Mientras tanto, yo degustaba un Cox, un monumento al daiquiri y a su inventor, Jennings Cox, que fue ingeniero en minas de carbón. En recuerdo de esto, al daiquiri original le pintan una raya negra de carbón fabricado con glucosa. Visualmente atractivo y ácido de la lima mediante, este trago bailó con el ahumado de la salsa de las patatas bravas como Fred Astaire con Ginger Rogers.
Habla la leyenda de una dama misteriosa que opacaba el color.
La ensaladilla rusa, provocativa a la luz de las velas, hizo de puente entre la primera y la segunda ronda de cócteles. De un sabor más tibio que las bravas, de cuando en cuando explotaba una piparra en la boca y dibujaba una sonrisa en nuestras caras.
Mi acompañante se pintó los labios con el rojo de un Madonna Lips y el paladar con su sabor dulzón. El vodka estaba más que suavizado por el pacharán, los arándanos y el melocotón. Arriba, por sombrero, llevaba un cracker de frutos rojos que crujía antes de cada trago.
Mi segundo elegido fue un Compay contundente y al mismo tiempo, a ver si me hago entender, muy líquido. Me refiero a que el trago, a pesar del ron y el vermut rojo, es fácil y deja su huella. En palabras de Ana, un cóctel con “personalidad”, porque a los alcoholes base se les prende un licor de tabaco en homenaje a Compay Segundo.
Ah, y no quiero olvidar las croquetas con una boina de alioli y un toque de pimentón. Recomiendo comerlas de un solo bocado, para experimentar su cremosidad rompiéndose en la lengua y su textura airosa, por la suavidad.
Este cóctel ya lo puse, pero me encantaba esta foto.
A medida que ocurrían los eventos que describo, el local se fue llenando, la música en directo animando el ambiente e incluso hubo algún asistente que se atrevió a subir al escenario, con exitoso resultado. Además, el pianista accedía a peticiones y se creó una atmósfera de comunidad y camaradería que invitaban al contoneo y al tarareo colectivo. Sonaron clásicos de Frank Sinatra o Billy Joel y, en el terreno patrio, sonaron las míticas de Mecano, Miguel Ríos o Extremoduro.
En resumen, un bar clandestino, de reminiscencias americanas, nocturno y colectivo, con unos cócteles personalísimos y una comida que combina como guante de seda.
Datos de Interés:
Qué: Hijos de Tomás, coctelería
Dónde: Plaza del Carmen
Cómo llegar: Metro Gran Vía (L1, L5)
Horario: Jueves 19:00-02:00 | Viernes y sábado 20:00-03:00
Precio: 14€ / cóctel

El Coleccionista

Coctelería de autor y vanguardista en el interior de Bibo
Recientemente se ha inaugurado en Madrid la coctelería “El coleccionista” del grupo Dani Garcia bajo una propuesta totalmente innovadora y sorprendente llamada a revolucionar este sector.
La ubicación del local, al que se accede a través de Bibo (el famoso restaurante del grupo) ya da una pista del concepto que quieren transmitir. De un restaurante lleno de luz y ruido se accede por una puerta interior a “El coleccionista” , un lugar clandestino, una sala exclusiva para cuya creación se han inspirado en una galería de arte y una sala de antigüedades. El personal se autodenomina de forma romántica como “trovadores del siglo XXI”, una auténtica declaración de intenciones. El local tiene capacidad para 28 clientes.
Barra de El Coleccionista
Santiago Dorado, director de I D y mixología del grupo Dani Garcia es el alma mater de este proyecto y junto a su equipo transmiten y contagian su pasión y entrega por el mismo.  Con una mezcla de vanguardia (por las técnicas para la elaboración de sus cócteles)  y romanticismo,  pretenden evocar lo que pasó durante la ley seca de los años 30. Por aquel entonces nacieron los bares Tiki en Estados Unidos y los clientes acudían a olvidarse del espacio y el tiempo, atrapados en un ambiente único que les invitaba a olvidarse del reloj o en nuestro caso hoy en día, del móvil. Este mismo ambiente se pretende recrear en “El Coleccionista” de manera que cada cliente viva una experiencia multisensorial inolvidable.
Disponen de una carta de 14 cócteles, que será cambiante. Más que una coctelería al uso y haciendo honor al grupo hostelero al que pertenecen han querido crear un concepto de “cocina líquida”, donde cada cóctel se inspira en una obra de arte que decora el local, de manera que los clientes vivan una experiencia única “bebiéndose el alma” de cada obra. Todas las obras y artículos que del local están a la venta. Toda la carta de coctelería está también disponible en su versión sin alcohol, manteniendo las mismas propiedades organolépticas.
Haciendo honor a su nombre «El Coleccionista» también cuentan con un repertorio único disponible para solo 10 personas. Con el nombre “El club de los 10”, se creará un cóctel a partir de botellas irrecuperables que saldrán a subasta. Una vez cerrada la puja, el cliente definirá el precio de las 10 únicas unidades disponibles, y sus iniciales se escribirán a pluma en la carta de El Coleccionista con la fecha de puja y el nombre del cóctel
Interior de El Coleccionista
Para la creación de los cócteles se inspiran en las distintas obras de arte que adornan el local con un exhaustivo estudio de las mismas (qué quiere transmitir el artista, las ideas creativas detrás de la obra..) , y lo “bajan a tierra” con la parte de técnica, innovación y vanguardia que imprimen a sus creaciones.
Pudimos probar tres de los sorprendentes cócteles de la carta:
Perenne se basa en la obra “Primavera Nevada”. El creador de la obra quería transmitir la idea de que el paisaje es lo que más permanece imperturbable en el tiempo. Es por ello que se ha intentado plasmar lo que les inspira esta obra atrapando el aroma del césped recién cortado. Se ha conseguido de forma increíble haciendo un destilado con ginebra a través de una de las técnicas más antiguas de extracción de sabor que existen. Se acompaña con refresco casero de hojas de savia y pandan, y hoja de croquanter. El resultado es totalmente impactante. Realmente tienes la sensación de que nunca has probado nada igual.
Cóctel Perenne
A continuación probamos JCC, que se inspira en su sello intaglio de 1900 y en esas celebraciones en las que compartimos y brindamos con burbujas con nuestros familiares y amigos deseándonos suerte y prosperidad. En este cóctel se ha querido recrear una tabla de quesos líquida.
Por último probamos Fatum (donde pretenden que recuerdes para siempre “el primer libro que te vas a beber”). Para este cóctel se han inspirado en su libro de ocultismo de 1593, y esas técnicas alternativas que usaban personas que eran tachadas de locos o genios… En este cóctel quieren transmitir ese aroma de libro viejo.
Cóctel Fatum
Otros cócteles que componen la carta son : “Lucero del alba” (inspirado en una licorera del siglo XIX) , «Ma Jolie» (inspirado en unos binoculares del siglo XIX), “Efímero”( inspirado en un reloj de bolsillo de 1790..)… Cada vez que sirven un cóctel cuentan la historia del mismo (la obra en la que se han inspirado, las sensaciones que han querido transmitir…) Imbuidos en el mágico ambiente del lugar y sus sorprendentes tragos, realmente sientes que estás bebiendo arte.
La carta también se complementa con una parte culinaria formada por algunos de los platos y snacks más representativos de Bibo, como los afamados brioches, croquetas cremosas, edamame a la brasa, guacamole al estilo Bibo, langostinos crujientes…Tanto la cocina líquida (cocktails) como la sólida (snacks) será cambiante.
En definitiva un espacio totalmente único , innovador y sorprendente donde el romanticismo y el arte se dan la mano con la vanguardia, la tecnología y la innovación de forma que no dejarán a nadie indiferente. Cócteles del pasado, con técnicas del futuro, para disfrutar del presente y donde el personal  “juega a ser Dios” con cada una de sus creaciones.
¡Te recomendamos que no dejes de conocerlos, te aseguramos que será una experiencia realmente inolvidable!
Datos de interés:
Qué: Coctelería El Coleccionista
Dónde: Interior Restaurante Bibo. Paseo de la Castellana 52. 
Cuándo: De Jueves a Lunes 16:00 a 2:00am. Carta snacks de 16:00 a 00:00
Más información  y reservas: Web o Instagram